lunes, 27 de octubre de 2008

Estructura psicótica y transferencia


“Padre es el que te dice que cosas hay que hacer en esta vida, adonde dirigirse, qué está bien y qué esta mal…Madre es la que te llena la cabeza de cosas que no sirven para nada, pero que cuando te las acuerdas te hacen reír…”Cita de Pilar Miró en la película Werther, tomada del libro de Elida Fernández “Las psicosis y sus exilios”

Para el psicoanálisis las estructuras psicóticas, como tales, suponen un orden lógico Si lo comprendemos podremos orientarnos en su tratamiento. Las situamos dentro de los hechos del lenguaje, por ello guardan una unidad con las neurosis y también una diferencia. Decir que el psicótico esta en el lenguaje es decir que no está dentro de un caos, sino dentro de lo que llamaríamos un “Orden de Sujeto” Orden trastornado si se quiere respecto al de la neurosis, pero un orden al fin, de ahí su lógica y su posibilidad de tratamiento.
Por invalidante que la locura pueda ser respecto de los lazos sociales la postulación del psicoanálisis es no considerarla un déficit de los aparatos del cuerpo. Que sea un fenómeno de sujeto implica que el sujeto en cuestión tiene derechos, responsabilidades, y trabajo por hacer. Habría lugar para alguna cura.
Lacan propone una hipótesis causal para las psicosis: La operación que organiza esas estructuras es la forclusión del Significante del Nombre del Padre y no la castración-represión como en las neurosis
Que sea una hipótesis causal quiere decir que no es en si mismo un observable pero sí las consecuencias que se desprenden de esto, y estamos directamente en la clínica.
La ausencia de metáfora tiene consecuencias en distintos planos:
1) En la estructura formal del síntoma 2) en la fijeza del sentido y la imposibilidad de dialectizar. Freud: palabras cosas.3) imposibilidad de asumir el significante padre a nivel simbólico. 4) Vacío en el sentimiento íntimo de la vida, por ausencia de significación de sujeto, con apatía y sensaciones de nada que varían en el como en cada psicosis.4) Ausencia en la regulación del goce. 5) El rechazo a la castración, supone la ausencia de alguna falla que articule la sexuación. como consecuencia encontramos el Empuje a la mujer. Explico.
La estructura formal del síntoma: En la neurosis el síntoma no se muestra sino es a través del desciframiento que es la interpretación. En la psicosis, en cambio, el síntoma se muestra a cielo abierto. Se trata de “los fenómenos de lenguaje”.
El significante se desgaja del sentido y va solo, en cascada o en asociación por asonancia, estribillos etc. Algo interrumpe los pensamientos, la motilidad o las sensaciones de un sujeto, y aunque eso que lo interrumpe carece de tema o de idea, él sujeto siente que lo alude igualmente. Y todo esto esta a la vista.
2) Lo que se dice es lo que es. Y ya estamos pudiendo comprender a Freud con su concepto de las palabras- cosas o representación cosas en la psicosis.
Para que una palabra sea un significante tiene que poder producir distintas significaciones en contraposición con otras palabras en los dichos de los pacientes. Permitiría producir distintos efectos de enunciación (a través de metáforas y metonimias). Dicho en criollo: cuando la cadena significante funciona como tal las palabras quieren decir cosas muy distintas de acuerdo a como estén vinculadas con las que vienen antes y después.
Esto, como dijimos, no se escucha en las estructuras psicóticas. Lacan lo nombra cuando dice que el psicótico esta dentro del lenguaje pero fuera de discurso. No solamente no hay significación fálica, compartida, sino que se pueden desarticular las reglas gramaticales propias de la lengua.
Pac. Salvador: si bien el delirio es muy dinámico y se acomoda a las circunstancias para sostenerse, repitió el esquema básico con todos exactamente igual: un hijo que se transforma en mujer, con menstruación y todo. Un padre a quien no de autoridad arbitrario a quien no le gusta lo ocurrido con su hijo y no quiere que se sepa. Él que vio y sabe. El padre, que sabe que él sabe y lo persigue para matarlo. Es decir, un padre, armado con retazos, que se vuelve muy poderoso con el delirio, que reproduce continuamente el fracaso de hacer e él un padre muerto.
Freud opone la relación a la madre como relación a los sentidos, y la relación al padre con relación al sentido. Distingue sensorialidad materna y significación paterna. En ese sentido la cita del inicio alude a que la madre como función. Esta puede ser no solamente el cocodrilo que puede tragar a un niño en su deseo, o lo considera como un órgano propio, sino también aquella que con sus cuidados libidiniza el cuerpo poniendo el acento en la limpieza, el cuidado, el abrigo, y permite el sentimiento de que el cuerpo es propio. Quienes atienden psicóticos saben que la suerte de cada uno de ellos también depende de cuanta función materna haya habido más allá de la falla en la paterna. Esta función puede faltar, ya que no es un hecho natural que un ser viviente sea colocado en el estatuto de hijo, porque hijo es un significante correlato de lo materno y lo paterno.
3) Otra consecuencia directa de la forclusión del Nombre el Padre, es que un sujeto queda imposibilitado de asumir la realización del significante padre a nivel simbólico. Tenemos como ejemplo conocido el caso Schreber donde el desencadenamiento de su paranoia sucede a continuación de su nombramiento como jefe del tribunal puesto de gran responsabilidad simbólica, social y personal. Debe responder como tal, como nombre, y no tiene ese recurso simbólico. Desencadenamiento del brote.
Cabe aclarar que hay modos de suplir esa función y eso nos explica como hasta el momento del desencadenamiento encontramos una suerte de equilibrio. Por ejemplo: alguien puede quedar enganchado a la función paterna solamente por la vía de la imagen. Si bien es una imagen que no se inscribirá en una dialéctica triangular, puede servirle de modelo, de enganche, Es una mimesis. ( personalidades como si) Es una compensación imaginaria de esa función edípica ausente. Esa imagen ha funcionado como suplencia del significante del nombre del padre hasta el momento en que eso ya no alcanza.
4) Por la ausencia de identificación primaria, ausencia en la significación del sujeto, se produce un vacío y un desorden en la “articulación más íntima del sentimiento de la vida” al decir de Lacan. Schreber lo llama “asesinato del alma”.
El resultado es la inercia, y falta de subjetivación. En la melancolía, sobre todo, lo encontramos como desvitalización y dolor de existir. En la esquizofrenia mecanización y lenguaje de órgano. Todos estos sentimientos y conductas que pueden ser confundidos con la depresión, pero no lo es. Son producto del vacío de significación en la constitución subjetiva.
5) La ausencia en la regulación del goce: Se producen fenómenos de goce desenfrenado, muy sufrientes y difíciles de acotar. En una instancia segunda con la elaboración delirante que parcializa el goce, este puede remitirse a un aspecto de la vida psíquica solamente.
Es difícil para nosotros neuróticos que pensamos en metáforas, ubicarnos en como hablan o mejor dicho en como reaccionan los psicóticos ante los efectos del lenguaje. En el momento de desencadenamiento de la psicosis podríamos trazar una serie que: parte del enigma, pasa por la perplejidad, y deviene luego certeza. Enigma frente al llamado de un significante que lo remite a lo que no puede responder. Recordemos una frase de Lacan que dice que al psicótico el Otro le habla en una lengua extraña, extranjera.
Perplejidad como efecto subjetivo, momento de indeterminación de que soy yo para el Otro y certeza como un modo de resolver algo allí.
6) Aparece este empuje a la Mujer, con mayúscula, ausente en las neurosis y producto de la ausencia de toda falta que articule la sexuación. Queda fuera del sexo. Este La es un intento de hacerle falta al otro. Por Ejemplo si a Dios. le falta una mujer es porque le falta algo. Es un intento restitutivo de agujerear al Otro. En su lugar, aparece un goce transexual, delirante pero que no tiene que ver con una elección de objeto homosexual, no confundirse, sino con el efecto de no castración. Los delirios de ser una virgen, o la mujer de dios, nos indican esa dirección en el goce.
7) Aunque Freud separó las psiconeurosis narcisisticas de las de transferencia, suponiendo entonces que no habría transferencia en la psicosis, a la vez marcó como segundo desencadenante de la psicosis de Schreber la transferencia con Fleschig. Que la transferencia sea diferente a la neurótica, solo la hace eso diferente. Sin contar con la transferencia no podremos explicar porque los psicóticos siguen viniendo al consultorio. Comento un fragmento con un pac hace muchos años ya.
Era un joven ya, diagnosticado en su momento como una psicosis infantil. A poco de venir manifiesta querer estar con una chica. El era muy lindo y las mujeres le daban bolilla. Una chica, una chica, repetía. Yo era su primer analista mujer. Quiero estar con una chica, ¿cómo hago Factorovich? Reiteraba en las sesiones esta pregunta y luego empezó a pensar en como haría, donde iría, a estar con una chica, con que plata etc. Finalmente me llama una noche muy tarde en que yo dormía y me dice: ya estoy en un telo. Y ahora que hago Factorovich? Yo: que haces en el telo? Estar con una chica no? El: No sé, estar con una chica sí pero ¿qué? Me aburro. Digo: No sé, no se me ocurre que podes hacer ¿y a vos? El agrega jubiloso: Ya sé, mirar- la- telo que esta acá. Es una chica no una grande ¡Yo: si es buena idea! El: Telo digo mañana. Yo: hasta mañana.
Lacan indica a los analistas ocupar el lugar de otro minúsculo, un amigo, alguien que no sabe y puede escuchar lo que el psicótico le puede confiar porque el saber y la certeza lo tiene él. El lugar en que me puse de no saber que podía hacer y que no, no fue forzado. Porque, neurosis propia de por medio, ¿cómo explicaría lo que se puede hacer en un telo?
No contesté cómo hacer, no respondí a su demanda de llenar el vacío de significación .El cuerpo, la mirada y la voz de los analistas están en juego en esos tratamientos. Sino ¿para que me llamó?
La transferencia no está sostenida en la disparidad subjetiva que plantea Lacan en el seminario de la transferencia. Se trata más bien de un modo de amistad no sostenido en la semejanza ni en la especularidad, es una relación la prójimo, más que al semejante.
Por último:
En la esquizofrenia el así llamado lenguaje de órgano nos remite a lo que Lacan nombro como significante en lo real. No hay una distancia entre las palabras y sus referentes. No es un cuerpo erógeno, es un cuerpo de órganos sin velo. Ejemplo: Dice una analista a su paciente que entra y la mira con bronca agitando las manos: ¿estás enojado? Y el paciente responde como deletreando: eso en-ojado. Se me salió un ojo en la calle porque se me cortó el hilo que une la cabeza ves?





1 comentario:

Anónimo dijo...

Me llama mucho la atención el caracter machista de la distinción entre el rol materno y paterno de la cita que figura arriba de todo. Tristísimo!!!!